sábado, abril 20, 2024
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El Movimiento Evita de Bonpland creó el Área de Adultos Mayores que brinda contención integral a gran parte de ese sector social

En la localidad de Bonpland, ubicada a 62 km de Posadas, y con alrededor de 5.000 habitantes, el Movimiento Evita, referenciado a nivel local por Cristina Bóveda, se caracteriza por su compromiso con los sectores más vulnerados.

Uno de los hechos evidentes es la creación del Área de Adultos Mayores, que en poco tiempo logró cambiar la vida de un gran sector de la comunidad.

En toda la provincia la organización social trabaja en diversos proyectos productivos que incluye: plantaciones agroecológicas, cultivos aromáticos, panificados, gastronomía, textiles, peluquerías, carpinterías, herrerías, bloqueras, fabricación de alambres de tejido, criaderos de pollos y cerdos, entre otros.

Además de iniciativas educativas, culturales, deportivas, de género, salud, cooperativas, espacios de cuidados para las infancias y para la prevención de consumos problemáticos, tareas que se replican en la mayoría de las localidades.

En Bonpland, la novedosa propuesta nació hace un año a través de un relevamiento social en los barrios populares que reveló que sólo un 15% de la población tiene empleo en blanco, mientras que el 85% restante realiza trabajos irregulares, y de ese 15%, el 5% son trabajadores y trabajadoras de la economía popular, es decir están activos en unidades productivas y otras tareas, y cobran un aporte del Programa Potenciar Trabajo, que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

El Evita de Bonpland también realiza gestiones para un gran sector social

Estas estadísticas reflejan las necesidades económicas y sociales que atraviesa la mayoría de las familias, no sólo de Bonpland sino de otros Municipios.

Detección de adultos viviendo en malas condiciones
«En el relevamiento territorial, constatamos la ausencia del Estado en casi todas las áreas; pero especialmente con personas discapacitadas y adultas que están solas y vivían con absoluta precariedad. Carecen de elementos mínimos para vivir, entre ellos alimentos y el acceso a la salud, y a la vivienda porque habitan casas precarias, y sin acompañamiento quienes son víctimas de violencia de género», cuestionaron las trabajadoras.
En el grupo detectado de adultos y adultas mayores, muchos estaban viviendo en condiciones inhumanas, como por ejemplo «un abuelo al que encontramos en una casa abandonada, con el pasto tan crecido que prácticamente tapaba las ventanas. Como él otros ancianos estaban apartados de la sociedad, olvidados de la mano del Estado tanto municipal como provincial», subrayan las cuidadoras.
La urgencia de las necesidades de adultos mayores, llevó al Movimiento Evita -que en Misiones dirige el diputado de Tierra, Techo y Trabajo, Martín Sereno- a crear un área que los contenga integralmente, coordinado por Ramona Rodríguez, focalizándose en su cuidado, acompañamiento, seguridad física, económica y social en los domicilios de los adultos, ante la imposibilidad de contar con un lugar físico adecuado para cuidarlos.
«Nuestras compañeras se ocupan de la atención de más de 25 adultos y adultas de 65 años en adelante; algunas son atendidas algunas horas del día por sus familiares y otras viven completamente solas. En el área trabajan 15 mujeres con jornada completa en los hogares; realizan rotaciones de turnos con otras compañeras, y se quedan durante la noche en el caso de enfermedades que impidan la movilidad de las personas», contó Rodríguez, responsable de organizar las actividades de cuidados.
Ellas se encargan de la medicación de las y los adultos, de su higiene personal, la limpieza de sus hogares y también de las compras diarias. Además, trabajan articuladas con las promotoras de salud para hacer visitas de controles de presión y curaciones cuando las necesitan.

Paseos y actividades recreativas
Las cuidadoras se capacitan con frecuencia, y el área cuenta con una acompañante terapéutica. También, coordinan con las promotoras de Anses para que lleguen hasta los domicilios y aceleren los trámites para pensiones, jubilaciones, los turnos en el organismo y en Pami para solicitar renovación de tarjetas, préstamos, y otras gestiones que se requieran.
Los días viernes es el momento de la diversión, porque el Evita de Bonpland realiza actividades recreativas, y las cuidadoras se encargan de llevar a los abuelos y abuelas hasta la plaza San Martín para que sean partícipes de este encuentro al aire libre.
En el futuro, el movimiento popular tiene como proyecto crear un espacio físico permanente para los adultos mayores, donde se puedan realizar actividades recreativas, y socialicen ya institucionalmente.
«Para nosotras la militancia en el Evita se trata del amor a los otros; que nadie se sienta solo ni sola y tengan sus derechos garantizados», destacó el equipo conformado por Ramona María Rodríguez, Andrea Pereyra, Rosa Rodríguez, María Giménez, Rosa Rodríguez, Ignacia Angélica Florentín, María Cristina Olivera, Nancy Da Silva, Sandra Morales, Sara Morales, Griselda Souza, Pamela Correa; Blanca Romualdo, Laura Sosa y Angelina Márquez.

Trabajadoras de la economía popular organizan el área de gestión que se ocupan de los trámites para la comunidad

«Los abuelos y abuelas sienten que les cambió la vida»
A medida que las militantes populares trabajan en el área dedicado a la contención integral, acompañamiento y cuidado de las y los adultos mayores, corren un velo sobre la situación de personas de esta franja etaria que todavía sufren los efectos de la pandemia, ya que por el aislamiento necesario que vivieron, tienen temor de no volver a ver a sus familiares, hijos, hijas, nietos y nietas.
«Creíamos que la pandemia iba a ser el fin del camino. Todos los días nos despertamos pensando si nuestros hijos van a venir a visitarnos; no pedimos más que verlos un rato, tomar un mate, charlar, abrazarlos y jugar con nuestros nietos y nietas», dicen quienes sufren las ausencias temporarias como pérdidas.
La dirigente Cristina Bóveda puso en valor el trabajo «extraordinario» de las promotoras territoriales del Movimiento Evita, quienes hicieron un relevamiento en el 2021 y detectaron a más de 30 abuelas y abuelos que viven solos, algunos tienen familias; pero no pueden atenderlos durante el día.
«A raíz de este mapeo vimos la urgente necesidad de contar con un espacio que los contenga. Ante la indiferencia del Estado, nació el Área de Adultos Mayores, una propuesta netamente humanitaria, que requiere predisposición y voluntad, ya que muchas de estas personas tienen alguna discapacidad, y en ese caso el trabajo es más personalizado al ayudarlos en las actividades diarias», sostuvo Bóveda.

«Un vínculo hermoso con nuestros mayores»
El trabajo consiste en cuidar y asistir a las y los abuelos, les hacen compañía, les llevan de paseo, a controles médicos y realizan los trámites que necesitan. A través de Anses, habilitaron una oficina de gestión en la que trabajan Milagros Ramos, Belén Lemos, Gabriela Rentz, Noelia Piñeiro y Yeniffer Agüero, que se encarga de tramitar la documentación necesaria para que los y las adultas obtengan su jubilación o pensión. Muchos de ellas lograron ese derecho por medio de las cuidadoras, y el resultado es que les cambió la calidad de vida.
Quienes trabajan en el Área de Adultos Mayores se capacitan con frecuencia con profesionales de la salud y gerontología en la contención de las personas, y además el plantel cuenta con acompañantes terapéuticos.
«En nuestra tarea no se trata sólo de tener una oportunidad laboral en el cuidado de las abuelas y abuelos, también nos sentimos valoradas como seres humanos por el amor que nos brindan. Todas tenemos un vínculo hermoso con nuestras y nuestros viejos», manifestó cariñosamente Cristina Olivera, que cuida a Amalia y a Ramona.
Ambas ponderaron el hecho de que «nos cuiden, nos mimen, salimos a pasear. Realmente nos cambiaron la vida porque además nos gestionaron la jubilación y la obra social. A veces vienen a cuidarnos con sus hijos, y es una alegría ver a los chicos jugando. Nos sentimos muy queridas», expresaron con ternura.

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